Estudio destaca el emprendimiento en las universidades latinoamericanas

Estudio destaca el emprendimiento en las universidades latinoamericanas

La OCDE presentó los resultados de su estudio con once universidades frente al emprendimiento y la innovación en Latinoamérica. ¿Cómo está Colombia?

Once universidades de educación superior participaron en el estudio “Innovación y emprendimiento en las Instituciones de Educación Superior en América Latina”, una investigación realizada en colaboración con el BID —Banco Interamericano de Desarrollo— el Banco Santander y la OCDE —Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos—.

Esta iniciativa colaborativa empezó en el año 2019 para conocer en detalle cuáles son las prácticas innovadoras de emprendimiento de universidades en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, México y Uruguay.

Las instituciones educativas seleccionadas cuentan con una trayectoria en emprendimiento que fortalecen las competencias innovadoras de la región. Por Colombia participaron la Universidad ICESI, de Cali, la Universidad Nacional de Manizales y la Pontificia Universidad Javeriana, sede Bogotá.

El estudio realizado por expertos de la OCDE centró sus preguntas en las miradas que tienen las universidades frente al emprendimiento, entendido como el proceso de diseñar, lanzar y administrar un nuevo negocio que generalmente comienza como una pequeña empresa; y la transferencia de conocimiento, que corresponde al conjunto de acciones para el desarrollo, aprovechamiento, uso, modificación y la difusión de nuevas tecnologías e innovaciones.

La presentación de los resultados se dio el pasado mes de octubre en las instalaciones de la Pontificia Universidad Javeriana. María Sobrón, analista de políticas públicas de la OCDE y coordinadora del proyecto explicó que: “En los últimos años —Latinoamérica— se ha caracterizado por un crecimiento del PIB — Producto Interno Bruto—bastante bajo y, de la mano con la pandemia por covid-19, ha sufrido un choque económico importante que ha generado, entre muchas otras cosas, una baja inversión pública y privada en los sectores de investigación y desarrollo”.

Aun así, el estudio rescata que la creación de emprendimientos va en aumento, tomando como ejemplo las empresas emergentes que sobresalen en el mercado apoyadas por las nuevas tecnologías o start-ups, las cuales se han triplicado en Latinoamérica. Colombia es uno de los países con mayor actividad en el desarrollo de iniciativas emprendedoras. Según el último informe publicado por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), Colombia alcanzó la cuarta posición —de 35— en la lista de países con mayor tasa de actividades emprendedoras tempranas.

Así mismo, el estudio recalcó que la pandemia trajo consigo una oportunidad para fomentar el emprendimiento mediante las clases virtuales, ayudó a conectar mentores internacionales con los estudiantes y permitió la divulgación de las clases a un mayor número de personas.

Unas universidades con un sentido social

Frente al tema de transferencia de conocimiento, “las universidades tienen en su agenda una conexión fuerte con las necesidades locales y están buscando diversificar la oferta académica en función del mercado” señaló Sobrón. Además de jugar un rol fundamental en la sociedad.

En los casos de las universidades Javeriana e ICESI, una de las maneras para transferir el conocimiento de los desarrollos médicos y de la salud es mediante el Hospital San Ignacio y la Fundación Valle de Lili, respectivamente. Durante la pandemia, por ejemplo, la Universidad Javeriana estuvo involucrada en el diseño de ventiladores, la creación de prototipos y la aprobación de patentes fundamentales para los servicios de salud en el país.

 “Es importante mencionar la participación que tuvo la Universidad Javeriana ante la propuesta de Minciencias, conocida como Mincienciatón, que buscaba soluciones prontas y en corto tiempo para dar respuesta a esta crisis generada por la covid-19. En esta convocatoria, la universidad contó con el mayor número de proyectos propuestos y aprobados. Es importante mencionar que la capacidad de respuesta fue muy ágil”, comenta Fanny Almario, directora de innovación de la PUJ.

El canal de transferencia de conocimiento preferido, de acuerdo con el estudio, es el soporte a las start-ups estudiantiles. Desde el Centro de Emprendimiento de la Universidad Javeriana se han liderado diferentes actividades material respecto, como es el caso de ‘Javeriana Territorio Emprendedor’ un programa diseñado para que la comunidad educativa pueda crear y fortalecer iniciativas de emprendimiento que se encuentren en fase de preincubación.

Fanny Almario, directora de innovación de la Javeriana, menciona que “el primer mecanismo para lograr estos procesos de apropiación y transferencia de conocimiento en las instituciones de educación superior es una cultura hacia la innovación y el emprendimiento. Esta cultura se logra a partir de procesos formativos en los que se ilustra cómo puede un profesor o estudiante, a partir de los resultados de una actividad investigativa, o con las capacidades adquiridas en su proceso académico, plantear soluciones a problemas reales”.

Los obstáculos para la educación del emprendimiento

El estudio reconoce que hay una falta de acceso a la financiación, según lo explica la representante de la OCDE: “Los fondos de capital de riesgo están más interesados en apoyar a empresas asentadas, especialmente en Colombia y México”, además, la investigación señala que aunque a las universidades que consiguen apoyo al inicio, les resulta más complicado obtener financiación durante todo el proceso de ejecución, ahí empieza una nueva carrera por conseguir nuevos recursos para desarrollar a cabalidad los emprendimientos.

Sobre lo anterior, María Fernanda Patiño, directora del Centro Javeriano de Emprendimiento opina que “se deben fomentar la existencia de fondos de capital de presemilla o semilla, los cuales aportan, con el riesgo que implica, a dinamizar las iniciativas empresariales para que lleguen a un proceso de madurez que el usuario lo requiera. La universidad quiere promover esto y ha venido trabajando desde hace años en ver cómo estructura, en compañía de otras organizaciones, este fondo de capital como una primera iniciativa que desencadene en otros fondos de riesgo para continuar ese escalamiento”.

Igualmente, hay falta de conexión entre las necesidades del mercado y la investigación, como manifestó Sobrón, “muchas empresas no están listas para absorber las capacidades de conocimiento de las universidades, no tienen las herramientas y algunas de las investigaciones están desconectadas, ya que lo que pide el mercado son soluciones rápidas y baratas”.

Desde la mirada académica, Patiño indica que “uno de los principales obstáculos es la demanda por parte del sector empresarial para plantear necesidades reales. A veces no se tiene claro cuáles son sus requerimientos específicos para plantear soluciones que los haga más competitivos y más eficientes.”

¿Qué recomendaciones deja el estudio para América Latina?

Entre las conclusiones principales está la importancia de continuar apoyando a los profesores que se interesan por los temas de emprendimiento e invierten tiempo en desarrollar asignaturas innovadoras del tema. Así mismo, poder ofrecer las clases a la mayor cantidad de carreras que sea posible, no limitarlas a carreras numéricas o administrativas, ya que hacen falta miradas para emprender desde las carreras sociales como derecho, literatura o historia.

El estudio propone establecer una red de buenas prácticas interuniversitarias donde se pongan en común los recursos y se establezcan métodos de investigación conjunta para responder a las necesidades del mercado.

Frente a esto, Almario apunta que “las universidades estamos jugando un rol importante, no solo en los procesos formativos, sino incorporando un valor agregado a la investigación que se genera dentro del campus universitario. Es decir, que este conocimiento fruto de la investigación básica, social y de diferentes áreas, transite la ruta de la transferencia para llegar a diferentes sectores de la sociedad con soluciones que impacten positivamente”.

Latinoamérica va por buen camino en materia de emprendimiento y debe seguir impulsando estas iniciativas desde la academia para que las universidades puedan apoyar en la generación de un cambio tecnológico e impulsar la agenda de innovación, investigación y excelencia en los países, pero teniendo como meta la creación de una innovación sostenible en el tiempo y enfocada en lo social.

FUENTE: javeriana.edu

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