YMCA "PREMIO A LA CALIDAD Y EL SERVICIO"

La Universidad YMCA nació con una doble misión, brindar educación de excelencia y, a través de ella, formar a destacados profesionistas con una alta responsabilidad social. Hoy, a más de 20 años de su fundación, ese es su sello de distinción y lo que le ha permitido posicionarse como una de las mejores escuelas de educación superior de México.

Esta institución forma parte de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA, por sus siglas en inglés Young Men’s Christian Association) la cual fue creada en 1844 en Londres, Inglaterra, para luego diseminarse por varios países bajo la premisa de fomentar el trabajo comunitario, deportivo y cultural, razón por la que llegó a México en 1892.

“(Luego de algunos años de operar en México) En el año 2000, la Guay vio la necesidad de formar profesionales que no solamente estuvieran orientados a las disciplinas formativas, sino que también se vincularan al trabajo humanista en apoyo a la comunidad, ahí surgió todo”, relató la Dra. Mayra Montealegre Serrano, vicerrectora de esta escuela.

La directiva contó que comenzaron con la carrera de Administración del Tiempo Libre a través del Instituto de Profesionales, organismo que creció hasta convertirse en universidad, donde también incluyeron carreras como Derecho, Ciencias del Deporte, Psicología, Administración y Contaduría, además de Gastronomía, que pronto será impartida.

La oferta educativa a la par incluye diez especialidades, nueve maestrías y un doctorado en Evaluación Educativa, planes de estudio donde más de mil 100 alumnos potencian sus habilidades a través de programas académicos que desarrollan su cuerpo, mente y espíritu.

“El sentido del cuerpo se trabaja a partir de hacer deporte, somos creadores del básquetbol y del voleibol; la mente la desarrollamos a través de los programas educativos, y el espíritu lo formamos mediante un sentido humanista. En ello reside la fortaleza de la YMCA, porque su filosofía, misión, visión y valores están orientados a la parte de investigación cultural, pero sobre todo el apoyo a la comunidad”, puntualizó la Dra. Montealegre Serrano.

En las aulas los estudiantes comienzan a formarse a través de estos principios y es a partir de sus prácticas profesionales que tienen el mayor contacto con el trabajo comunitario, pues asisten a grupos vulnerables mediante los cinco centros comunitarios que la Guay tiene en la periferia de la Ciudad de México, así como en las casas de niños migrantes que esta escuela concentra en la zona norte del país.

La vicerrectora reveló que este ADN tiene como resultado que muchos de los jóvenes, al salir al mundo laboral, generan sus propias empresas con un enfoque social. “Desarrollan negocios lucrativos, pero la mayoría de los egresados son emprendedores sociales, líderes de cambio que aplican nuestros programas y filosofía a nivel nacional”, dijo.

Esto lo tienen claro, especificó, porque la universidad tiene un programa de seguimiento y apoyo para los egresados con el que, mediante encuestas, conocen dónde están colocados, cuánto perciben, en qué nivel trabajan, cuánto tardaron en emprender o en encontrar trabajo, lo que les da la posibilidad de ubicarlos en el contexto social además de establecer estrategias eficaces que impulsan a los que apenas salen de la escuela.

Es así que el modelo educativo de la Universidad YMCA se vuelve único, un éxito que, en palabras de la Dra. Montealegre Serrano, proviene principalmente de los más de 150 profesores que avalan la esencia humanista de la escuela y que aportan, a veces pro bono, sus conocimientos para dar una formación sólida basada en la responsabilidad social.

Se trata entonces de una labor educativa que no ha pasado desapercibida, por lo que organismos como el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi) y la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (Fimpes) avalan a la Guay por su normatividad, filosofía y regularidad, un testimonio oficial de que hacen las cosas bien.