Alumnos e investigadores de la UAM Iztapalapa desarrollaron un sistema con computadoras viejas y antenas recicladas que dota de una red propia de comunicación de datos (como el internet) a comunidades remotas donde no llegan las líneas telefónicas
Texto: Arturo Contreras Camero
Fotos: María Fernanda Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO.- En uno de los cubículos de investigación de la UAM-Iztapalapa, en medio de computadoras viejas y cachivaches que juntas sirven como antenas de alta potencia, el doctor Enrique Rodríguez de la Colina se asoma, para expresar la que es tal vez, la guía filosófica de un emprendimiento académico que inició y al que ha sumado a un puñado de alumnos para una noble tarea: llevar la era digital a los rincones más remotos del país.
“La idea es que no seamos sólo consumidores, sino que en un futuro podamos generar tecnología”. En las manos sostiene un disco y unas antenas, mientras que uno de sus alumnos sujeta una computadora vieja. Esto es lo que necesitas para desarrollarlas. Su propuesta echa mano de computadoras y antenas recicladas para desarrollar una Intranet, una red digital para compartir datos.
El doctor Enrique lleva a Pie de Página en un recorrido por la UAM Iztapalapa para conocer este sistema que ya han implementado en comunidades remotas y alejadas de México y Guatemala y que han empoderado a las comunidades que lo implementan. El doctor es alto y fornido, con algunas canas y una quijada amplía, sus alumnos bromean abiertamente con él y lo siguen por el recorrido, como a un sensei. Los alumnos, de maestría y licenciatura, integran un grupo cercano que bromea con naturalidad. Parecen un equipo sacado de una caricatura japonesa que con honor llevan en sus camisas polo una pantera negra con la leyenda Intranet Comunitaria. SDR UAM-Iztapalapa.
Las intranets son redes informáticas que utilizan el mismo protocolo de Internet para compartir información, sistemas operativos o servicios de computación. Normalmente se usan en empresas o grandes organizaciones, pero a través de un sistema libre llamado Mosyineti, desarrollado por este grupo, los pasos para implementar una red de este tipo son más sencillos.
“El sueño así, la utopía, es que este sea el verdadero internet, el nuevo”, dice el doctor mientras resume la historia de Internet, ese sueño de una red de redes que se fue encadenando por las leyes comerciales que la rigen. “Que esto la haga verdaderamente libre”, pregona.
Desde la esquina de un campo de futbol del campus, José Manuel López, uno de los integrantes con más experiencia en el equipo señala una pequeña antena de un edificio cercano. “Ese tipo de antenas tiene que apuntarse hacia el frente para mandar la mayor cantidad de señal, de datos a otro, que está allá a donde vamos, que son unos 300 metros”.
Con este sistema de antenas y computadoras viejas, este grupo desplegó una intranet inalámbrica al interior del campus, pero también lo han hecho, en conjunto con comunidades rurales, como una comunidad wixarika de Jalisco, después otra en Santa María Tlahuitoltepec y Santa María Yaviche, en Oaxaca, así como en otras comunidades en Guatemala.
“Ahí –cuenta José Manuel– te quedas en medio de la nada y no hay forma de comunicarse. Nosotros estamos seguros de que la comunicación ya forma parte de los derechos fundamentales de las personas y en Latinoamérica tenemos un rezago que cubre a más del 40 por ciento de la población”.
“Cuando se deslava el cerro, pues así ya tienes una forma de pedir auxilio, a través de intranet –sigue con la explicación desde la plancha de atletismo, a donde aún llega la señal del Intranet–. En otra comunidad aprovechan la red para la parte educativa, para difundir materiales educativos”.
Este tipo de sistemas también se ha usado para desarrollar televisoras comunitarias vía intranet y para dotar de servicios de mensajería instantánea. Incluso, podrían usarse para compartir un punto de acceso a Internet.
Las comunidades a las que han ayudado a instalar su intranet suelen ser muy proactivas y se involucran mucho en el proceso.
«Ellos son los más interesados en hacerlo, y cuando llega alguien con las herramientas, pues se potencializan, aprenden y ahora saben cómo hacer las cosas ellos», cuenta Yareli Pinzon, estudiante de ingeniería electrónica que lleva poco más de un año trabajando con el equipo.
Este ha sido un proyecto que el doctor Rodríguez de la Colina ha llevado a cabo desde hace 11 años y que inició después de un contacto con un par de colegas ingenieros de Medellín, Colombia, en donde desarrollaron un sistema similar en los barrios altos y marginados de esa ciudad. El proyecto tuvo un impulso que los catapultó en 2020, cuando ganaron el financiamiento de los premios FRIDA, que otorga el Registro de Direcciones de Internet para América Latina y el Caribe para apoyar iniciativas y soluciones en la región que contribuyan a la consolidación de una Internet global, abierta, estable y segura.
Desde el tejado de una de las torres donde tienen una de las antenas más grandes de la internet de la UAM I, el equipo del doctor Rodríguez explica que su siguiente meta es desarrollar unas antenas y un sistema para subir la señal al Cerro de la Estrella y de ahí bajar la señal a otros campus de la Universidad, como la UAM Xochimilco, e incluso a la UACM de Iztapalapa, lo que permitiría crecer los enlaces y la capacidad de la comunicación.
Por la experiencia que han tenido, este equipo asegura que el Intranet sería una alternativa más que viable para completar el plan de Internet para todos del gobierno de López Obrador, que pretende desplegar una red de datos e internet en todas las comunidades del país, tarea que a cuatro años de haber arrancado no demuestra señales de avance.
«Ningún programa así va a funcionar –sentencia el doctor– Ok, llegan, les instalan, pero cuando regresas, al rato, están los chavitos del pueblo intentando agarrar señal de una antena que dejó de funcionar desde hace tres meses, porque nadie sabe darle mantenimiento. Tú puedes llevar el programa más efectivo, pero a los tres meses va a dejar de funcionar, en cambio, si le apuestas a la educación, a que ellos sepan darle servicio, potencias el conocimiento en ese lugar».
El equipo de SDR UAM I va guiando a los habitantes de las comunidades en el proceso, pero siempre son ellos los que tienen toda la iniciativa.
«Esta es la vía de progreso del país, si potenciamos así a las comunidades, estoy seguro que vamos a mejorar más rápido y mejor que en un mundo donde apostáramos todo en copiar un sistema que no funciona», asegura el doctor Rodríguez.
FUENTE: chiapasparalelo