El proyecto fue realizado a nivel piloto y los resultados abren la posibilidad de llevarlo a un nivel superior para reducir la contaminación del suelo.
Mediante el uso de lombrices rojas californianas en áreas contaminadas por turbosina, el ingeniero civil Nestor Cruz Torres, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), logró recuperar en un 70% el suelo afectado por este hidrocarburo. Según la universidad, esta investigación representa una innovación científica pues no existe un proyecto específico para reducir o remover las concentraciones de este compuesto.
Cruz Torres es egresado de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Zacatenco. Su proyecto denominado “Biorremediación con vermicomposta en la contaminación del suelo producida por hidrocarburos”, presentado como su tesis de maestría, sienta las bases para perfeccionar la degradación de turbosina empleada en aviones.
La vermicomposta fue la técnica empleada en esta investigación, la cual se utiliza para eliminar contaminantes e hidrocarburos. Bajo la guía de la doctora Everth Jimena Leal Castañeda y el doctor Jorge Meléndez Estrada, de la ESIA Zacatenco; el investigador obtuvo los parámetros ideales para que las lombrices se adaptaran a la turbosina y procedieran a descomponerla.
“Las lombrices trabajan en conjunto con microorganismos que hay en el piso, al estar en constante movimiento en el suelo contaminado ayudan a una aireación y la biodegradación es más activa”, señaló Cruz Torres.
En el proyecto se obtuvieron las condiciones óptimas para lograr una mayor degradación del hidrocarburo.
“Conseguimos una ecuación predictiva y logramos una correlación arriba del 99%, con lo que se puede alcanzar un resultado preciso para establecer las condiciones idóneas para que las lombrices lleven a cabo la degradación de la turbosina, sin hacer una experimentación previa”, señaló la profesora politécnica.
Aunque el proyecto fue realizado a nivel piloto, los resultados obtenidos abren la posibilidad de llevarlo a un nivel superior en la reducción de contaminación de suelos por este hidrocarburo.
ESIA Zacatenco del IPN como sede para la creación de proyectos
Si te gustan las ciencias y la investigación, checa la oferta académica de la ESIA Zacatenco.
La Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, Unidad Zacatenco, del IPN; es integrante de una de las mayores escuelas de Ingeniería Civil en México, reconocida por su colaboración para el desarrollo social y económico del país.
De acuerdo con su página web, durante la formación que los estudiantes reciben en esta institución, se fomenta la participación en investigaciones multidisciplinarias dirigidas a la búsqueda de soluciones integrales para los problemas de desarrollo urbano y rural.
A lo largo de las carreras, los alumnos desarrollan una sólida formación en ciencias básicas, como Matemáticas, Física y Química; así como en ciencias de la Ingeniería, como Estructuras Hidráulicas, Mecánica de Suelos, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Sanitaria, Vías Terrestres y Construcción. Los egresados cuentan con un amplio campo profesional en instituciones públicas o privadas, docencia e investigación, diferentes tipos de obras civiles, entre otras.
La Unidad Zacatenco no es la única sede. Existen otras dos unidades que amplían la oferta académica de la ESIA: la Unidad Tecamachalco, donde se imparte la carrera de Ingeniero Arquitecto, así como la Unidad Ticomán, donde los estudiantes cursan estudios profesionales en Ingeniería Geofísica, Ingeniería Geológica, Ingeniería Petrolera e Ingeniería Topográfica y Fotogramétrica. Además de estas carreras, cada escuela oferta sus propios estudios de posgrado.
FUENTE: generacionuniversitaria